jueves, 22 de octubre de 2009

Atando cabos

.En una ciudad muy tranquila vivía una muchacha llamada Susa. Tenia 18 años, era una chica muy aplicada y la más destacada en su clase. Estudiaba para recibirse en la mejor universidad que su padre pudiera pagar. Tenía una familia muy humilde conformada por su padre y su querida abuela, que ocupo el lugar de madre cuando esta fue asesinada a los 5 años de Susa. Desde la muerte de su madre pasaba sus días de visita en el cementerio luego de estudiar. Allí se sentía viva, había mucha paz y tranquilidad. Tanto lo frecuentaba que ya sabía los nombres de las tumbas y sus ubicaciones. Un día Susa llegó justo para un entierro, en el cual no participó nadie, al parecer era una persona de poca importancia. Al día siguiente hizo su visita rutinaria al cementerio, pero algo había cambiado. El tan solo entrar le ponía los pelos de punta. El ambiente era espeso, la tranquilidad se había roto y la muerte predominaba. Susa se sentía cada vez más observada y cada vez más cerca de aquello que no conocía. El pánico se había apoderado de ella pero eso no le impidió seguir viendo a su madre. Su nombre quedo grabado en aquel lugar y su perfume era el viento que soplaba en los arboles porque aquello la deseaba la deseaba tanto que con su presencia el cielo se tornaba gris las nubes desaparecían y solo quedaba el silencio un silencio macabro que repetía su nombre, esto la asechaba esperaba el momento para atacar el momento en que ella este lista para morir. Sus notas comenzaron a bajar y su carácter dulce y bueno se volvió agresivo pero esa agresividad se tornaba frágil y desaparecía quedando el temor cuando llegaba al cementerio. Aquello ya no solo la observaba sino que ahora la seguía de regreso a casa. Pero su hogar parecía inmune a su presencia, algo muy fuerte no le permitía entrar.

Una mañana susurros la hicieron despertar, susurros de advertencia que no la dejaban levantar, muy asustada tomó fuerzas y salió corriendo de su habitación lista para ir a estudiar, nada podía impedir que lo hiciera. Al salir de clases se dirigió a su lugar favorito, pero en el camino obstáculos no la dejaban llegar. Voces que repetían una y otra vez “no vallas, no vallas”. Ignoro las advertencias y continúo su camino. Cuando estuvo a punto de cruzar la puerta de la muerte algo la tomo de repente arrastrándola a varios metros de esta, pero eso no la detuvo y final mente logro entrar. Fue entonces la oportunidad de atacar. Susa comenzó a temblar, el miedo la había dejado paralizada y poco a poco algo se le acercaba acompañado por una espesa niebla la cual cubría sus pies. De pronto un fuerte viento la volteo permitiéndole moverse un viento que le recordó a su madre. La niebla seguía avanzando y cada vez la cubría más. Corrió hasta la tumba de su madre, serró los ojos y comenzó a rezar “Dios te salve María...Dios te salve María...” En su cabeza vio a su madre, su querida madre que le dijo “Ten fe hija mía, fortalece tu espíritu no te dejes derrotar por aquello que te a debilitado, busca la luz en tu corazón y acalla las voces que te llaman” De pronto todo volvió al silencio y al abrir los ojos algo tenebroso se le presento delante, algo que dejaba muerte a su paso y hacia de la luna su cómplice tapando así con un velo negro el cielo. La tomo de los cabellos llevándosela a la parte más oscura, donde yacía el mal. Cuando esto la soltó desapareció dejándola frente a la tumba de “Hosbord Wells”. Susa se levanto y su cabeza fue atacada por oscuros recuerdos. Recordó al asesino de su madre, aquel asesino que había causado mucho daño en su pueblo, robando muchas vidas inocentes de grandes y niños. Pero solo hubo una que pudo escapar, una que el asesino había buscado durante 13 años. Todo comenzó cuando Susa era niña. Estaba con su madre en casa organizando sus 5 años, su padre y su abuela habían salido de compras, cuando de repente tocaron la puerta, Candela su madre la abrió y un hombre se presento como Hosbord Wells, este entro atropellando a su madre, la arrastro hasta la cama, saco un cuchillo y se lo clavo, dejándola así mal herida, entonces fue por Susa, pero Candela no permitió que le hicieran daño, se levanto tomo el cuchillo de su cuerpo y se balanceo sobre el malhechor pegándole una puñalada. Este había quedado muy indefenso que no tuvo otra opción que retirarse dejando con vida ha una criatura. Su madre antes de morir le hizo una promesa, le dijo que nunca dejaría que alguien le hiciera daña en su propia casa. Y así fue solo que Susa no izo caso a las advertencias y se alejo de ella, ahora estaba frente al fantasma de su pasado el cual estaba atando cabos y quería terminar con lo que había dejado pendiente hacia ya mucho tiempo. Hosbord quería recuperar sus fuerzas para volver a ser el asesino que alguna vez había sido. Lo lograría alimentándose del alma de Susa, un alma fuerte que había resistido muchos golpes. Para ello solo tenia que romper el frágil cristal de su corazón el cual era alimentado con el amor de su familia.

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